Por que somos la suma de nuestras emociones, hazañas, debilidades, pensamientos, experiencias...


Por que somos la suma de todo aquello que nos rodea y nos falta.


Por que sumando todo lo que poseemos nos dará de resultado: NOSOTROS MISMOS.

28 de diciembre de 2011

¡YO PUEDO!

Cada lunes nos proponemos empezar dieta.
A principio de mes decidimos apuntarnos al gimnasio.
Y para año nuevo hacemos una lista donde reunimos todos nuestros propósitos de cambio. Como por ejemplo: Dejar de fumar, comer mejor, estudiar un idioma,  reunirme más con la familia, hacer más deporte, etc.

Reunimos todo lo que queremos mejorar porque pensamos que empezar año nuevo sugiere nuevas oportunidades y cambios.  Se nos abre la puerta al cambio. Intentando cambiar aquellas cosas que por A o por B no han podido ser o nos han condicionado a que sean.

Sabemos lo que queremos, nos planificamos para el cambio, nos concienciamos, pero al fin y al cabo la inmensa mayoría de veces acaba fallando y lo dejamos. Siempre es el mismo círculo, los mismos propósitos.

Ahora me gustaría que respondierais a esto: ¿Por qué si siempre nos lo proponemos, sabemos la forma y como hemos de modificar, corregir o cambiar aquellos hábitos, no tenemos tanta fuerza de voluntad para un día no tener que volvernos a proponer las mismas cuestiones?

Una de mis respuestas sería que lo queremos hacer todo a base de fuerza de voluntad sin pensar primero en crearnos un hábito. ¿Os laváis los dientes cada día por hábito o por fuerza de voluntad? Se ha de empezar poco a poco, ir introduciéndolo a nuestra vida diaria y crear un hábito. Para que haya un cambio ha de haber una preparación.

Otra de las causas seria la frustración por no conseguirlo, el fracaso, la decepción, no vernos capaz de… pero el simple hecho de querer cambiar o mejorar e intentarlo aunque sean 3 o 4 días, no nos ha de frustrar y sentirnos decepcionados con nosotros mismos, porque ese pensamiento de cambio al hacerse realidad al menos 3 o 4 días ya es donde ha empezado el cambiado aunque sea por poco tiempo. El caso es que ese sentimiento de decepción, frustración no nos venza y haga que abandonemos, sino que hemos de seguir y continuar, sin rendirnos para conseguir las metas propuestas.

Pero para ese cambio debemos descubrir los rasgos o hábitos que realmente queremos cambiar y analizar cual de ellos es el más importante y el que a la larga nos hará sentir mejor con nosotros mismos y planificarnos una rutina.

Si empezamos el año, dejamos de fumar y aguantamos una semana y luego volvemos a fumar como chimeneas hemos de plantearnos el porque no hemos podido dejarlo, ver si realmente lo queremos dejar y cuales son los motivos de peso para dejarlo. Lo que no esta permitido es engañarnos a nosotros mismos diciendo ya empezare el próximo mes cuando este más relajado, después de verano o cuando acaben exámenes. ¡NO!

Esa es la forma de autoengaño por no realizarlo. La auto aprobación que nos hacemos para no sentirnos frustrados al no haber podido conseguir una de nuestras metas. 

Da igual si es año nuevo, miércoles o a mitad de mes.  La fecha de inicio no cuenta, la que cuenta es cuando finalizamos lo que nos hemos empezado.

Unas pautas podrían ser:

-          Hacer una lista de las cosas que queremos cambiar, haciendo una pirámide, donde la base será aquellas cosas que queremos cambiar antes, las más importantes e ir subiendo por orden de importancia.

-          No intentar cambiar o modificar todas a la vez. De una a una es mejor. Una vez superada una, tendremos tal satisfacción que nos veremos capaz de todo.

-          Intentar que nos ayuden a la causa, es decir, si empiezas dieta y los de tu circulo también lo quieren hacer, poneros de acuerdo para empezar y así ayudaros, motivaros, hablar de vuestra experiencia y situación, etc.

-          No sentir que habéis fracasado si lleváis días que no cumplís los objetivos marcados, no pasa nada, el caso es continuar y no dejarlo porque ya hayamos pecado algún que otro día.

-          No marcaros propósitos que dependan de otras personas ajenas a vosotros si ellas no quieren cambiar por si mismas.

-          No auto engañarse con falsas excusas.

-          Aparte de la lista de los propósitos, haceros al lado una lista de las consecuencias positivas que tendrán esos objetivos. Después de un sacrificio viene una recompensa. Si dejamos de fumar, tendremos mejor salud, más dinero para gastar en caprichos, viajes, ropa, ahorrar, sentir que tenemos fortaleza, voluntad, pero sobre todo, darnos pequeñas recompensas por ir cumpliendo nuestro objetivo.

-          Ser constantes y perseverantes. Teniendo estas actitudes todo se puede lograr, la cuestión es quererlo realmente.

Estas pautas están bien pero ahora diréis: La teoría me lo sé, lo difícil es la práctica. Pues este blog esta dedicado a eso también, para contar nuestros propósitos, debilidades, miedos, como nos sentimos, como nos va, recibir ayuda mutua, contar nuestras experiencias… Todos podemos lograrlo, porque nosotros lo valemos.  


Un beso a todo el mundo.
Feliz y prospero año nuevo.

4 comentarios:

  1. me dejó pensando en todo lo que hago y esta mal, me encantó!

    ResponderEliminar
  2. ¡Me encantó la entrada! Más que todo porque yo estoy entre empezar o no empezar el cambio... Supongo que es por miedo. Sí, ¡el cambio me asusta! Pero supongo que es como tú dices, ir de poco a poco y no utilizar falsas excusas.

    Te sigo, me hará bien tu blog(:




    http://wildheartssunglasses.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  3. Claro, no se trata de dar un giro de 360º grados de golpe y creer que de esta manera todo va a ser más fácil y va a perdurar. Si no de ir como el minutero de un reloj, poco a poco, hasta que llegue el día que hagamos las cosas sin pensarlas. Piensa que el miedo es un mecanismo de defensa creado por nosotros mismos, por lo tanto haz tu propia balanza, que pesa más lo que tu realmente quieres o el miedo? Recuerda, todo el mundo es capaz de conseguir todo lo que se proponga. Adelante y mucha suerte Miranda.

    ResponderEliminar
  4. Yo lo resumiría en pereza y comodidad. Es mucho más cómodo, simplemente no hacer nada.

    Tumbarse en el sofá de casa, relajadito, sin alteraciones ni quebraderos de cabeza. Y criticar al prójimo, al que lo consigue porque eso les hace ser menos infelices de lo que ya son. Pero en realidad, es un arma de doble filo.


    Un saludo,
    Fran.


    http://hallamadovalentino.blogspot.com/

    ResponderEliminar